Como lo dice su nombre, la función principal es calmar a los niños durante o después de una rabieta o un ataque de llanto,...
Según algunos estudios, mientras que el niño observa la caída de brillo, puede organizar y centralizar el sistema nervioso. Cuando el niño está estresado, su ritmo cardíaco se acelera junto a su respiración y al ver la lenta caída del brillo, genera un modelo visual para inconscientemente entregar una señal al cerebro que disminuya la agitación.
El “frasco de la calma” no es más que una botella con pegamento líquida y brillo. Simplemente con agitarlo se genera sus beneficios, y si les acompañamos con enseñarles a los pequeños a tomar unas respiraciones profundas esto puede mejorar más todavía
Pero cada niño responde de una manera diferente y que habrá que probar el interés que tenga frente a este frasco. Asimismo, que éste funciona mejor con niños de dos a cinco años, y es importante que el tamaño del pote sea el apropiado al tamaño del niño.
Durante estas semanas en el aula de apoyo hemos trabajado en ello, algunos por necesidad y otros por curiosidad....


muy chuliiiii!!!!!! me gusta
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